Chiclana en otoño

Ciudad marinera, turística y salinera, antiguamente Chiclana fue un pueblo dedicado a la industria del vino, pero actualmente está dedicado al turismo por lo que los hoteles en Chiclana ofrecen la mejor infraestructura y servicios para una estancia placentera.

Lo cierto que además de disfrutar de sus playas en la temporada estival, el visitante puede conocer la Iglesia de Santa Ana que data de la segunda mitad del siglo XVIII, uno de los edificios más representativos y que en cuyo interior se conserva la imagen de Santa Ana y la Virgen Niña del Siglo XVIII. También podemos visitar la Iglesia y Convento de Jesús Nazareno, de estilo barroco, construida entre 1667 y 1674 cuya fachada es una de las más bonitas de la provincia y en su interior destaca la talle del Jesús Nazareno y su retablo tallado.

El río Iro divide en dos partes el centro histórico de Chiclana. Podemos cruzar el Puente Chico y llegar al Ayuntamiento por la calle de San Agustín, donde se halla el Museo Taurino Francisco Montes Paquiro. Cerca tenemos la Plaza de Andalucía, y a su lado la Parroquia de San Sebastián, con su preciosa fachada neogótica.

Volvemos de nuevo a cruzar el río por el Puente de Nuestra Señora de los Remedios para llegar a la Plaza de España. Caminamos un poco, pasando bajo el Arquillo del Reloj, símbolo de la ciudad, y nos situamos en la Plaza Mayor, con la Iglesia de San Juan Bautista, del siglo XVII.

En el Parque Natural de las Albinas que alberga el Recinto Ferial se instala cada martes un mercadillo.

También podemos embarcarnos en un recorrido por el Parque Natural Bahia de Cádiz que tiene una extensión de 203 km2 compuesto de ríos, caños, marismas, dunas e islotes… el lugar ideal para relajarse entre la tierra y el mar.